Aunque lo ideal es trabajar sobre un mismo estilo e ir desarrollándolo de forma consistente con el paso del tiempo, debemos saber que un ilustrador que sepa administrar más de un estilo, destacará de igual manera.
En primer lugar es importante que no confundas el estilo con la técnica. El estilo es el lenguaje visual que utilizamos para tratar determinados temas y las cualidades estéticas generales de nuestro trabajo, sin embargo la técnica es la forma como damos vida a ese lenguaje único, el material con el que trabajamos o la manera como lo utilicemos.
Así por ejemplo si te dedicas a la ilustración de paisajes urbanos y tu obra se caracteriza por presentar siempre edificios enormes o alargados que provocan la sensación de pequeñez, debiera ser esa misma sensación lo que traspase toda tu obra sin importar la técnica que utilices. Los edificios altos por ejemplo, debieran permanecer sin importar el material o la técnica que uses. Tu lenguaje y mensaje debe permanecer.
Lo importante es que tu voz artística no desaparezca aunque transites por diferentes estilos y técnicas, un tema que ya tratamos cuando revisamos el libro de Lisa Congdon “Encuentra tu voz artística”.
¿Cómo presentar tus estilos en tu portafolio?
Te recomendamos separar tus estilos en tu portafolio, de esta forma podrás entregar contexto a las personas que revisen tu trabajo. Asimismo te recomendamos crear campañas diferentes de promoción para tus diferentes estilos, de esta forma podrás además saber cuál es el estilo que mejor recepción tiene entre tu público y/o tipo de posibles clientes.
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